Castillo
jueves, 29 de noviembre de 2012
Reflejo de una sombra a la luz de la luna postrada en el lecho del olvido , alma caída sobre la helada hierba de la locura, la oscuridad de la ausencia avanza por su pecho, la distancia, duerme en su lecho. El firmamento abarca con sus manos, todo se le hace pequeño, no hay motivación para el empeño, ya nada le es extraño. Se apaga la luz y su energía, ni en las estrellas encuentra su guía, quedó sólo y desamparado, cuando el amor, le dio de lado. Se aproxima el día por él deseado, donde dejará el mundo, que tanto le ha odiado.
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